Los pies del hombre sufren mucho ya que están
encerrados, embutidos y cansados en sus zapatos toda la semana y necesitan un
descanso que, no se les ofrece. La sensación de fatiga que experimenta después
de un día de trabajo es, muchas veces, debido a factores que no se controlan.
Primero, el estrés. Seguidamente, la pesadez de piernas que reclaman el calzado
cómodo.
Los pies del hombre también merecen cuidarse:
por lo que Ud. deberá:
Cuidado de las uñas
Las uñas deben cortarse cuadradas sin separar
los bordes. Tenga el cuidado de cortarse las uñas, en cuadrado, sin olvidar los
bordes: el dedo apretado en el zapato puede dificultar el crecimiento y
provocar uñero. Límelas para suavizar la zona cortada y darle forma. Sumerja
sus pies en el recipiente de agua caliente y déjelos unos 10 minutos. Retire un
pie, séquelo y aplíquele el líquido emoliente alrededor de la uña. Con un
palito de naranjo, separe y elimina las pieles que cubren la raíz de la uña.
Realice lo mismo con el otro pie. Posteriormente, pase la piedra pómez, sin
tocar las uñas, por las zonas de piel más gruesa. Efectúe la exfoliación,
frotando el pie con las dos manos, vigorosamente y en todos los sentidos,
insistiendo sobre todo en la planta del pie: es preciso para suavizarlos al
máximo. Realice un buen baño de pies con sal gruesa cada vez que pueda sobre
todo antes de dormir o cuando sus pies estén transpirados.
Masajearse
los Pies
Colóquelos pies encima de un taburete frente
a un sillón, con las piernas estiradas. Sitúe debajo un cojín cubierto con una
toalla suave. Inicie masajeando cada dedo de abajo a arriba aplicándole un
movimiento de flexión. Suavice su pie con las dos manos, primero una después la
otra, por la zona superior del pie y posteriormente deslícela por encima y por
debajo del pie, siempre en sentido dedos/tobillo. Oprima el pie con las los dos
pulgares juntos encima del pie, y los otros dedos sobre el arco plantar.
Realice presiones bastante profundas remontando hacia el tobillo. Vuelva a los
dedos estirándolos y realizando en ellos un pequeño tecleo por encima y debajo.
Practique dos rotaciones en ambos sentidos. Empiece de nuevo el aislamiento del
pie oprimiéndolo con las manos, apoyándose bien fuerte sobre la base del pie.
Sujete su talón con la mano derecha y presione con ella fuertemente durante
unos minutos. Con el puño derecho, alise el pie apoyándose lo más fuerte
posible sobre la planta, desde los dedos al talón. Finalice con un alisamiento
abrazándolo con las manos, pero esta vez suba hasta las rodillas presionando
fuerte. Introduzca sus pies en el recipiente de agua fría, para despejarse un
poco. Unos pies bien cuidados le evitarán los uñeros y los olores desagradables
que se producen cuando se quita los zapatos.
Andar
Descalzo
Realice esta práctica cada que pueda. Es una
buena fórmula sobre todo en verano. Es la mejor relajación para todos los
músculos de los pies y también de la pierna. Luego de salir del baño o la
ducha, seque muy bien sus pies, especialmente entre los dedos, donde es
frecuente que se desarrollen ciertas micosis, favorecidas por la humedad.
Visite a un podólogo o callista al menos dos veces al año. No debe llevar
demasiado tiempo los mismos zapatos.
Aplicación
de Cremas
Habitualmente una leche corporal en los pies
después de la ducha. Existen cremas hidratantes refrescantes especialmente para
los pies. Evitará la callosidad y perfumará finamente sus pies. Use sólo
calcetines de algodón. Puede llevarlos de lana cuando haga mucho frío, pero no
de nylon.
Cambio
de Calzado
Por lo menos, dos veces al día. Es preferible
usar zapatos cerrados en la oficina, pero cuando llegue a casa puede usar unos
zapatos más cómodos, que sean abiertos, como los franciscanos o zapatos de
dormir, para que los pies puedan respirar. No lleves dos días seguidos los
mismos zapatos, porque sus pies sufren. Use, compre zapatos de buena calidad y
jamás de suela sintética. La suela sintética hará transpirar y calentará
demasiado el pie. Y si Ud. vive en la montaña o visita la montaña cada fin de
semana, sus pies están encerrados y oprimidos en los zapatos de montaña, y
sufren si no los cuida. Utilice varios tipos de zapatos y cámbiese de zapatos y
calcetines durante el día. En cambio sus pulmones están bien aireados. Compre
talco antitranspirante que mantendrá sus pies más tiempo seco. Deposite talco
entre los dedos: evitará las irritaciones. Después de una larga caminata, tome
un baño de pies caliente, al que añadirá una cucharada de sal gruesa.
Enjuáguelos con agua fría, séquelos bien y, si puede, ande descalzo durante
unas horas.
Exceso
de transpiración
Sumergir sus pies sucesivamente en un baño
caliente y en otro frío para tonificarlos. En seguida, friccione sus pies,
sobre todo entre los dedos, con un algodón embebido en alcohol alcanforado que
los refrescará, perfumándolos y secándolos. Aplíquese una crema: para los que
traspiran, existen cremas antitranspirante o polvos secantes. Ha de saber que
puede comprar tónicos elaborados con aceites esenciales que regularizan las
glándulas sudoríparas, utilízalos 5 días al mes. Cada mañana, friccione sus
pies con alcohol alcanforado y aplícate una crema. Cuando compre zapatos,
elíjalos de preferencia de piel, porque esta clase de zapato no dificulta la
circulación sanguínea del pie. Si sufre de las piernas: repita cada noche los
ejercicios de descontracción del pie y, para que sean más efectivos, realícelos
estirando sobre su espalda con las piernas al aire.
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